A CRISE ARGENTINA COMEÇA A SALPICAR NO BRASIL!
1. (Janaina Figueiredo – Globo Online, 03) Segundo recentes pesquisas divulgadas pela imprensa local, o cenário para o chefe de Estado mudou drasticamente e hoje sua popularidade alcança 37,9%, contra um índice de rejeição que já chega a 59,8%. O inferno astral de Macri só piora. Mas o panorama político tem mudado rapidamente e, faltando mais de um ano para as presidenciais, a preocupação é grande na Casa Rosada. A crise desencadeada pelas demissões em massa na Télam somou-se às instabilidades no mercado cambial (o dólar está perto dos 30 pesos), desaceleração econômica (a projeção de crescimento neste ano caiu de 3% para 1%), perda de cerca de 100 mil empregos nos primeiros meses do ano, tensão com os sindicatos e um debate cada vez mais acirrado em relação ao projeto de lei de legalização do aborto. Para o eleitor médio de Macri (que se opõe ao aborto legal), a Argentina atual não tem nada a ver com o que se esperava de um governo macrista.
2. (Joaquim Morales Solá – La Nacion, 02) La pregunta, entonces, es por qué la economía argentina es tan potencialmente peligrosa. Veamos primero sus carencias. No tiene moneda y su mercado financiero es insignificante. Para los argentinos, la moneda de ahorro, la que verdaderamente importa, es el dólar; el peso es solo una moneda de transacción. ¿Se han equivocado? Nunca. Hasta en los últimos seis meses, después de que la última devaluación fuera mayor que cualquier tasa de interés anterior. De hecho, en el único momento en que los argentinos se sintieron tranquilos fue cuando el peso era convertible con el dólar, y valían lo mismo. El ahorro en dólares es una cultura tan extendida que va del jubilado, cuando puede, hasta el empresario más importante. Por otro lado, el mercado financiero local es demasiado insignificante como para absorber los papeles argentinos que se liquidan en el exterior. Brasil tiene un mercado financiero cinco veces más grande que el argentino. El mercado de Colombia es tres veces más importante que el local. Las cajas de seguridad o los bancos del exterior (aun en tiempos recientes, cuando también caían los bancos en el extranjero) son más seguros que el sistema financiero argentino después de que varias veces los ahorros fueran confiscados. La bancarización, que existe, sirve para los gastos del día a día, no para el ahorro. Para peor, hay abundancia de lo que no debería haber: inflación y déficits fiscal y de cuenta corriente. Hace 67 años, desde 1951, que la Argentina no puede controlar su economía inflacionaria, salvo el breve paréntesis de la convertibilidad menemista. No pudieron ni peronistas ni radicales ni militares. Ninguno. Y el déficit de cuenta corriente describe a un país que gasta más dólares que los que recibe. Los gobiernos son los primeros culpables, pero hay también una parte de la sociedad, la que puede, que prefiere pagar los placeres de la vida en el exterior. Es cierto que aquí hay una notable pérdida de noción de los precios relativos. Cualquier cosa, menos los servicios públicos, cuesta en la Argentina mucho más que en los países más caros del mundo. Está la sociedad, es cierto, pero está también la estructura del país que la empuja a hacer sus gastos en el exterior.